BID destaca que inversión en la primera infancia es clave para el desarrollo de un país
De acuerdo a la publicación “Desarrollo en las Américas 2015”, elaborada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y que este año lleva como título “Los primeros años: El bienestar infantil y el papel de las políticas públicas”, la inversión en la primera infancia es clave para el desarrollo de un país. Se trata de un estudio sobre América Latina y el Caribe, que fue presentado en Lima el 27 de octubre.
El informe del BID destaca que los gobiernos de la región “gastan muy poco” en los primeros años del niño, por lo que, indica, es necesario “un mayor y mejor gasto” en la primera infancia. “La calidad de los servicios que muchos niños de América Latina y el Caribe reciben es desalentadora”, advierte este informe.
El estudio del BID revela que los países de América Latina y el Caribe invierten en la primera infancia (niños de 0 a 5 años), en promedio, el 0,4 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI), nivel igual a lo que invierte el Perú, mientras que los países de “alto desempeño” (los países más desarrollados) invierten en la primera infancia el 1,7 por ciento del PBI.
Sobre la inversión del Perú en la primera infancia, se señala que ésta es inferior al promedio de América Latina y el Caribe. El promedio regional de inversión en dólares por cada niño menor de 5 años es de 328 dólares anuales, mientras en el Perú es de 253 dólares.
Inversión de alta rentabilidad
El estudio del BID indica que hay “tres pilares” para un buen desarrollo del niño: “nutrición, apego y cariño, y estimulación” y se destaca la “alta rentabilidad” que tiene la inversión en la infancia para el desarrollo de un país. Se indica que la inversión en la infancia lleva a que los niños en los que se invierte para su buen desarrollo tengan salarios más altos, a un mejor estado de salud de la población y a que haya menor criminalidad. Se resalta en este informe que la inversión en la primera infancia debe ser el pilar para el desarrollo de un país.
“Destinar el gasto a programas efectivos para la infancia no es caridad. Se trata de una inversión que, si se realiza de manera adecuada, tendrá rendimientos muy altos. Es a la vez eficiente y capaz de reducir la transmisión intergeneracional de la pobreza y la desigualdad (…) El gasto de calidad en los niños tiene como resultado adultos más felices, más sanos y más productivos y un mayor rendimiento del gasto público en las etapas posteriores del ciclo de vida de estos niños”, dice el estudio.
Se pone énfasis en la importancia de que los recursos destinados a la infancia se inviertan bien para que esa inversión tenga los resultados esperados. “El aumento del gasto en los niños no contribuirá a solucionar el problema del desarrollo deficiente de la primera infancia si los recursos no se invierten bien. Lo fundamental es la calidad de los servicios destinados a los niños”, resalta la publicación. Se dice que “de nada sirve” invertir en mejorar la infraestructura de los centros de cuidado de niños sino se invierte en mejorar la calidad de la atención que reciben estos niños.
Se señala que en la región se ha avanzado en reducir problemas como mortalidad y desnutrición infantil, pero se ha avanzado poco en otros aspectos del desarrollo infantil, como el retraso cognitivo y en desarrollo del lenguaje que presentan muchos niños, lo que los pone en desventaja cuando inician la escolaridad.